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Las novelas: cómo escribir

El arte y oficio de escribir novelas: un viaje creativo, técnico y personal

La escritura de novelas representa uno de los desafíos creativos más enriquecedores y complejos que puede emprender una persona. Este proceso no solo involucra talento e inspiración, sino también disciplina, técnica y un profundo compromiso con el desarrollo de una historia. El presente artículo explora las múltiples dimensiones de este arte, desde la importancia de la creatividad hasta las estrategias de planificación, ofreciendo una mirada provocadora sobre las metodologías utilizadas por autores consagrados y cuestionando algunos de los mitos que rodean la creación literaria.

La dimensión creativa de la escritura

La escritura creativa constituye un pilar fundamental en el desarrollo cognitivo y expresivo de cualquier persona que se adentra en el mundo literario. No se trata simplemente de contar una historia, sino de articular ideas complejas, emociones y visiones del mundo a través de personajes e historias que cobran vida en la mente del lector. La escritura de novelas fomenta la cognición, la articulación y la perspicacia innovadora, impulsando al escritor a participar en el pensamiento visual, a utilizar el lenguaje de manera competente y a transmitir ideas con originalidad.

Este proceso creativo transforma no solo al texto sino también al autor. Al escribir una novela, estamos ejercitando constantemente nuestra capacidad de observación, análisis y síntesis. Desarrollamos una sensibilidad especial hacia los detalles significativos, aprendemos a descomponer la realidad en sus elementos constitutivos y a recomponerla en formas nuevas y sorprendentes. La creatividad literaria no es un talento innato e inmutable, sino una habilidad que se cultiva y perfecciona con la práctica constante y reflexiva.

Además, la escritura de novelas tiene un impacto profundo en el desarrollo de habilidades lingüísticas, cognitivas y emocionales. Enfrentarnos al reto de estructurar una historia compleja, nos vemos obligados a desarrollar un pensamiento más organizado y sistemático. Al crear personajes con profundidad psicológica, ejercitamos nuestra empatía y comprensión de la naturaleza humana. Al resolver problemas narrativos, potenciamos nuestra capacidad de encontrar soluciones creativas a todo tipo de desafíos1.

El poder transformador de la lectura para escritores

Si hay un consejo unánime entre los escritores consagrados es que para escribir bien, primero hay que leer mucho. Esta máxima, lejos de ser un simple cliché, esconde una verdad fundamental sobre el oficio de escribir: la lectura es el combustible que alimenta la maquinaria creativa del escritor. La lectura frecuente expone al escritor a una amplia gama de palabras y estilos de escritura, permitiéndole descubrir nuevas expresiones y estructuras de oraciones que puede incorporar en su propio trabajo.

Al leer libros de calidad, el escritor en ciernes puede observar y aprender de los estilos de escritura efectivos. Puede analizar cómo los autores consagrados desarrollan personajes complejos, construyen tramas intrigantes, crean diálogos realistas y utilizan la descripción y el lenguaje de manera efectiva. Este aprendizaje por observación es quizás uno de los métodos más poderosos para mejorar la propia escritura.

La lectura de diferentes géneros y temáticas expone al escritor a una variedad de ideas, perspectivas y mundos imaginarios. Esta exposición resulta fundamental para estimular la creatividad, pues permite encontrar inspiración en la forma en que otros autores abordan ciertos temas o resuelven problemas narrativos específicos. De hecho, muchas de las grandes obras literarias han surgido como respuesta a, o en diálogo con, obras anteriores.

Otro beneficio crucial de la lectura constante es que desarrolla en el escritor un sentido intuitivo de la estructura narrativa. Al sumergirse en múltiples historias, el autor principiante aprende a reconocer cómo se construye una historia efectiva, cómo se desarrollan los personajes, cómo se establece el conflicto, cómo se construye la tensión y cómo se resuelve la trama de manera satisfactoria.

Finalmente, leer libros de otros autores, especialmente en el género de interés propio, permite familiarizarse con el mercado editorial y las preferencias de los lectores contemporáneos. Este conocimiento resulta inestimable a la hora de posicionar la propia obra en un panorama literario cada vez más competitivo y diverso.

Planificación y estructura: la columna vertebral de tu novela

La planificación detallada de una novela no constituye simplemente un paso preliminar en el proceso de escritura, sino que representa un elemento fundamental que puede determinar el éxito o fracaso de todo el proyecto. Contrariamente a la creencia romántica del escritor que se sienta frente a la página en blanco y deja fluir su inspiración sin rumbo fijo, la mayoría de las novelas exitosas descansan sobre una planificación cuidadosa y metódica.

Esta planificación implica no solo tener una idea general de la trama, sino también definir claramente los objetivos narrativos y temáticos de la obra. Los escritores deben reflexionar sobre el propósito subyacente de su historia, identificar los temas que desean explorar y establecer la atmósfera emocional que pretenden transmitir. Esta claridad de visión actúa como una brújula que guía cada palabra escrita, asegurando que cada escena, diálogo y descripción contribuya de manera coherente a la historia general.

Existen diversos métodos para planificar una novela, cada uno con sus ventajas y adeptos. La escaleta consiste en la división de la novela por escenas o capítulos, frecuentemente utilizando tarjetas que pueden reorganizarse según sea necesario, lo que permite visualizar la estructura general de la obra y realizar ajustes antes de comprometerse con la escritura detallada.

El esquema general o sinopsis representa otra estrategia popular que consiste en hacer un resumen de la novela para luego ir desarrollándolo progresivamente. Este método permite tener una visión de conjunto de la historia mientras se van refinando los detalles.

El método del copo de nieve, popularizado por Randy Ingermanson, funciona como una especie de mapa mental donde se parte de una frase o idea central que luego se va ramificando y ampliando, nivel por nivel, hasta obtener escenas, capítulos y finalmente la novela completa. Este enfoque orgánico resulta especialmente útil para escritores que prefieren un equilibrio entre planificación y descubrimiento.

La estructura de los tres actos, derivada de la dramaturgia clásica, divide la historia en tres partes fundamentales: planteamiento, nudo y desenlace. Este modelo, aunque aparentemente simple, ha demostrado su eficacia a lo largo de siglos de narrativa y continúa siendo una herramienta invaluable para los escritores contemporáneos.

Finalmente, el viaje del héroe, conceptualizado por Joseph Campbell y adaptado para escritores por Christopher Vogler, propone una estructura narrativa universal basada en los mitos y leyendas de diversas culturas. Este modelo ofrece un mapa detallado del arco transformativo que experimenta el protagonista a lo largo de la historia.

Técnicas y estrategias de escritores famosos

Las metodologías empleadas por los grandes escritores siempre han sido objeto de fascinación y debate. Conocer estas estrategias no solo satisface nuestra curiosidad, sino que también nos permite experimentar con diferentes enfoques hasta encontrar el que mejor se adapta a nuestro estilo personal. Sin embargo, conviene mantener una mirada crítica sobre estos métodos, pues lo que funciona para un autor consagrado no necesariamente funcionará para todos.

Stephen King, uno de los autores más prolíficos y comercialmente exitosos de nuestra época, concibe el proceso de escribir una historia como el acto de desenterrar un fósil. Según él, se empieza por un pequeño descubrimiento y se va limpiando poco a poco sin llegar a saber el tamaño ni la forma de lo que se está excavando. Esta metáfora refleja su preferencia por un enfoque de descubrimiento, donde la historia se va revelando al escritor durante el proceso de escritura, en lugar de ser planificada exhaustivamente desde el principio.

Sin embargo, esta metodología ha sido objeto de críticas significativas. Muchos analistas literarios señalan que los finales de King son frecuentemente incoherentes, forzados o improvisados, lo que podría atribuirse a su resistencia a la revisión exhaustiva. Para un escritor novel, adoptar ciegamente este método podría resultar catastrófico, pues carece de la experiencia y el instinto narrativo que King ha desarrollado a lo largo de décadas. La controversia radica en que King, al presentar su método como una forma natural de escribir, no advierte sobre la necesidad crucial de revisar y reestructurar posteriormente.

En contraste directo con este enfoque, encontramos la técnica de la reescritura, que defiende que el verdadero arte de escribir comienza con la revisión. Esta metodología, que podría resumirse en la máxima «la buena escritura es reescritura«, propone escribir dos veces (o más) el mismo texto como estrategia para garantizar su coherencia, profundidad y precisión. La investigación académica respalda la eficacia de esta estrategia, demostrando mejoras significativas en la calidad de los textos sometidos a procesos sistemáticos de reescritura.

Esta dicotomía entre el enfoque intuitivo (representado por King) y el metódico (representado por los defensores de la reescritura) constituye uno de los debates más apasionantes en el ámbito de la creación literaria.

¿Es la escritura un acto de descubrimiento o de construcción?

¿Debemos confiar en nuestra intuición o someternos a disciplinados procesos de planificación y revisión?

Quizás la respuesta más sensata sea que ambos enfoques pueden complementarse: permitir que la intuición guíe la primera versión, pero someter luego ese material bruto a un riguroso proceso de revisión y perfeccionamiento.

La revisión y reescritura: el verdadero arte de escribir

Si bien la fase inicial de escritura posee un encanto particular, asociado a la emoción del descubrimiento y la creación, existe un creciente consenso entre los expertos en que el verdadero arte de escribir se manifiesta durante el proceso de revisión y reescritura. Este proceso, menos glamoroso pero infinitamente más determinante para la calidad final de la obra, constituye el momento en que el escritor abandona su papel de creador para convertirse en crítico, editor y refinador de su propio trabajo.

La reescritura no consiste simplemente en corregir errores ortográficos o gramaticales, sino en replantear aspectos fundamentales de la narrativa:

¿Son coherentes las motivaciones de los personajes?

¿Se mantiene el tono adecuado a lo largo de toda la obra?

¿Existe un equilibrio apropiado entre narración, descripción y diálogo?

¿Se resuelven satisfactoriamente todos los conflictos planteados?

Estas y muchas otras preguntas similares deben abordarse durante esta fase crucial.

La investigación académica ha demostrado la eficacia de la estrategia metodológica de la reescritura, registrando mejoras significativas en la calidad de los textos sometidos a este proceso. Un estudio realizado en la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga encontró diferencias estadísticamente significativas entre textos originales y sus versiones reescritas, con una diferencia promedio entre pre y postest del 39.67%.

Una metodología particularmente efectiva consiste en escribir dos veces el mismo texto, pero con enfoques ligeramente distintos. La primera versión suele centrarse en capturar la esencia de la historia, desarrollar los personajes y establecer los eventos principales. La segunda versión, por su parte, refina el lenguaje, profundiza en las motivaciones psicológicas, enriquece las descripciones y asegura la coherencia interna. Esta técnica permite que el cerebro procese la información de manera diferente en cada fase, aprovechando tanto el pensamiento creativo inicial como el analítico posterior.

Para implementar efectivamente esta estrategia, resulta útil establecer periodos de «descanso» entre la escritura inicial y la revisión. Este distanciamiento temporal permite al autor ganar perspectiva sobre su propio trabajo, identificando problemas que podrían pasar desapercibidos durante el fervor de la creación inicial. Muchos escritores profesionales recomiendan dejar «reposar» el manuscrito durante al menos dos semanas antes de comenzar el proceso de revisión.

La disciplina del escritor: hábitos que construyen éxito

Más allá de la creatividad, la planificación y las técnicas narrativas, existe un factor determinante que separa a los aspirantes a escritores de los autores publicados: la disciplina. Escribir una novela requiere un compromiso sostenido durante meses o incluso años, enfrentando momentos de duda, bloqueo creativo y autocrítica despiadada. Cultivar hábitos sólidos de escritura representa, por tanto, una estrategia fundamental para cualquier novelista en ciernes.

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Escritorio minimalista con apenas distracciones.

El establecimiento de una rutina diaria de escritura constituye quizás el hábito más crucial. Como afirma el novelista Haruki Murakami, la repetición sistemática genera un estado mental propicio para la creatividad. Dedicar un tiempo específico cada día a la escritura, independientemente de la inspiración o el estado de ánimo, construye gradualmente la resistencia mental necesaria para completar proyectos de larga duración.

La gestión del entorno físico también juega un papel importante. Crear un espacio dedicado exclusivamente a la escritura, libre de distracciones y asociado psicológicamente con la productividad creativa, puede aumentar significativamente el rendimiento. Este espacio debe adaptarse a las preferencias personales: algunos escritores prefieren el silencio absoluto, mientras otros trabajan mejor con música instrumental o ruido blanco de fondo.

Igualmente relevante resulta el establecimiento de objetivos realistas y medibles. En lugar de proponerse vagamente «trabajar en la novela», resulta más efectivo definir metas específicas como «escribir 500 palabras» o «completar el borrador del capítulo tres». Estos objetivos concretos permiten experimentar pequeños triunfos diarios que alimentan la motivación y proporcionan un sentido tangible de progreso.

Finalmente, la construcción de una comunidad de apoyo representa un recurso invaluable para mantener la disciplina a largo plazo. Los grupos de escritura, los mentores literarios o incluso los amigos que preguntan regularmente por el progreso de la novela pueden proporcionar la estructura de responsabilidad externa que muchos escritores necesitan para perseverar a través de los inevitables momentos de duda y frustración.

Conclusión: el viaje perpetuo del novelista

Escribir una novela constituye un viaje transformador que trasciende la mera composición de un texto. A lo largo de este proceso, el escritor no solo crea un mundo ficticio poblado por personajes memorables, sino que también se recrea a sí mismo, desarrollando habilidades cognitivas, emocionales y técnicas que perdurarán más allá de la última página.

Hemos explorado la dimensión creativa inherente a la escritura literaria, comprendiendo cómo esta actividad fomenta el pensamiento innovador y la expresión personal, el papel fundamental de la lectura como nutriente esencial para el desarrollo de un estilo propio y un sentido intuitivo de la estructura narrativa, y analizado diversas metodologías de planificación, desde la escaleta hasta el viaje del héroe, reconociendo la importancia de encontrar el equilibrio adecuado entre planificación y descubrimiento.

También hemos contrastado diferentes enfoques técnicos, desde la escritura intuitiva defendida por Stephen King hasta la metódica reescritura respaldada por la investigación académica, invitando a cada escritor a forjar su propio camino entre estos polos. Hemos profundizado en la importancia crucial del proceso de revisión, verdadero crisol donde el material bruto se transforma en literatura de calidad. Y finalmente, hemos reconocido el papel determinante de la disciplina, manifestada en hábitos concretos que sostienen el esfuerzo creativo a largo plazo.

Como reflexión final, cabe señalar que el arte de escribir novelas no constituye un destino, sino un viaje perpetuo de aprendizaje y descubrimiento. Cada nueva historia presenta desafíos únicos, cada párrafo ofrece oportunidades de crecimiento, cada revisión revela nuevas dimensiones de nuestro potencial creativo. En este sentido, quien decide embarcarse en la aventura de escribir una novela se compromete con un proceso de evolución continua que trasciende ampliamente el ámbito literario para impactar en todas las dimensiones de su vida.

Y hablando de viajes literarios, yo mismo me encuentro actualmente inmerso en la escritura de una novela propia, aplicando muchas de las técnicas y reflexiones compartidas en este artículo. Pero esa es una historia para otra ocasión.


¿Te ha resultado útil este artículo? ¿Estás de acuerdo con la crítica al método de Stephen King o crees que su enfoque intuitivo es válido incluso para escritores principiantes? Me encantaría conocer tu opinión en los comentarios. Y no olvides visitar el resto de mi blog para descubrir más contenido sobre escritura creativa, literatura y el fascinante mundo de la creación literaria.

Referencias

González-Martínez, A. (2024). Cultivar la creatividad: Una revisión sistemática de la influencia de la escritura creativa en los estudiantes de secundaria. Journal of Creative Writing Studies.

Autores de Argentina. (2024, mayo 17). ¿Por qué es importante tener el hábito de lectura para tu proceso de escritura? Autores de Argentina Bloghttps://autoresdeargentina.com/beneficios-de-la-lectura-frecuente/

Palacios, T. (2024, junio 24). Planificación de novelas: fundamentos básicos. Teo Palacios Bloghttps://teopalacios.com/planificacion-de-novelas-fundamentos-basicos/

Moraz, J. (2016, junio 10). Planificar una novela: construir la trama de tu libro. Jennifer Morazhttps://www.jennifermd.com/2016/06/planificacion-construir-trama-de-libro.html

Ramírez-Córdova, J. (2020). La reescritura y la redacción de textos académicos expositivos en estudiantes, serie 100, Escuela Profesional de Educación Secundaria, FCE – UNSCH. 2017. Revista de Investigación en Escritura Académica.

Escuela de Escritores. (2023, octubre 31). Escritor novel, no seas como Stephen King. Escuela de Escritores Bloghttps://escueladeescritores.com/blog-escritor-novel-no-seas-como-stephen-king/


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